Aerosoles y el virus Sars-Cov-2

Escribo estas líneas tras haber tenido el gran placer de ver la entrevista que ha realizado Pablo Fuente en su canal de Youtube «El Respeto» a Jose Luis Jiménez sobre los aerosoles, que salen de la boca y nariz, y su papel fundamental en la transmisión del virus Sars-Cov-2. Podéis verla al final de esta entrada.

Jose Luis Jiménez es profesor en Química Analitica, Medioambiental y Atmosférica de la Universidad de Colorado en Boulder desde 2002 y doctorado por el MIT. Además es un investigador de primer nivel con varias publicaciones científicas a su espalda sobre el tema que nos ocupa ahora: los aerosoles.

Hace ya uno o dos meses que las OMS empezó a recibir presiones por parte de algunos científicos sobre la transmisión aérea que tiene el Sars-Cov-2, pues hasta entonces no la consideraban como posible vía de contagio.

Tanto es así, que incluso a día de hoy quedan flecos en su web oficial, todavía con la explicación «antigua» de las diferentes vías de transmisión del Sars-Cov-2.

Finalmente la OMS sí ha considerando la transmisión aérea del Sars-Cov-2 como una vía de contagio del virus.

En esta otra página de la web de la OMS podemos ver la explicación más actual de las diferentes vías de transmisión del virus.

Antes oíamos hablar de las gotículas y del tamaño que estas podían alcanzar. Precisamente, del tamaño de dichas gotículas dependía que pudieran estar más o menos tiempo «flotando» en el aire. Un mayor tamaño de partícula conlleva un mayor peso y por lo tanto, una mayor afectación de la gravedad que las empujaría hacia el suelo. Se hablaba, e incluso se sigue hablando, de un metro de distancia pues según el tamaño de dichas gotículas, se preve que van a caer al suelo antes de poder desplazarse un metro entre personas.

Las gotículas son, por supuesto, material contagioso, aunque parece que podrían ser sólo la punta del iceberg.

Y es que gracias a investigadores como Jose Luis Jiménez, se empiezan también a considerar a los aerosoles que emanan de nuestra boca y nariz como material contagioso.

Lo importante de todo esto es que los aerosoles son muchísimo más pequeños que las gotículas de las que hablábamos. El hecho de que los aerosoles sean también contagiosos, nos obliga a considerar otros escenarios donde la transmisión aérea del sars-cov-2 puede producirse.

Los aerosoles, al tratarse de partículas más pequeñas, pueden trasladarse aún más tiempo por el aire. Por lo tanto, el distanciamiento social es todavía más importante si cabe. De hecho, todavía no está del todo claro cuánta distancia de seguridad es la más segura.

Aparte de estornudar o toser, se ha visto que cuando gritamos, o simplemente hablamos, estos aerosoles consiguen llegar más lejos y permanecer más tiempo en el aire. Si además nos situamos en una estancia cerrada, y sin barreras físicas que tapen boca y nariz, se consigue el escenario perfecto para una fácil transmisión del virus.

Por lo tanto, los entornos cerrados y en los que se habla fuerte o se grita sin mascarilla, como por ejemplo ocurre durante el ocio nocturno, se convierten en escenarios “ideales” para el contagio, tal y como estamos viendo últimamente.

No obstante, en entornos abiertos, o cerrados y con buena ventilación (o tasa de recambio de aire), hay muchas menos probabilidades de contagio. Si añadimos el uso de mascarilla que tape boca y nariz, aún disminuye más el riesgo.

Es muy posible que una de las claves de prevención del contagio de este virus resida aquí. El profesor Jose Luis Jiménez considera que la transmisión aérea podría alcanzar un porcentaje de hasta un 80% de los casos de contagio, frente a la transmisión por contacto o fomites como pensábamos al principio.

También explica la importancia de llevar la mascarilla bien ajustada a la zona alrededor de la boca y nariz.