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Endodoncia

La Endodoncia, como su nombre indica, es el campo de la Odontología que se ocupa del tratamiento interno de los dientes. Este tratamiento también es conocido como tratamiento de los conductos o raíces del diente. Dentro de los dientes, y de sus raíces, tenemos la pulpa dental, una combinación de capilares sanguíneos y finos trayectos nerviosos.

Antes de abordar la técnica, es importante conocer el proceso por el cuál se puede llegar a necesitar la endodoncia en un diente.

Lesión por caries, tan extensa que impidió la conservación del diente.
Lesión por caries, tan extensa que impidió la conservación del diente.

La causa más frecuente por la que un diente puede requerir de ser tratado con una endodoncia, es la caries dental. La sucesión de bacterias que conforman una caries dental, tiene como única misión la penetración dentro del diente, ya sea horizontal o verticalmente. Observando  la anatomía de un diente, podemos deducir que cuando la caries profundiza a través del mismo puede llegar también hasta la zona donde se encuentra la pulpa dental. En ese momento, se produce una reacción de defensa por parte del organismo debido a la cercanía de las bacterias que conforman la caries dental. Esta reacción de defensa es la inflamación. Normalmente cuando pensamos en la palabra inflamación, la asociamos con una hinchazón, con un aumento de tamaño. Una asociación muy cierta, pues lo único que pretende el organismo cuando una zona se inflama es enviar sangre a dicha zona, con las células defensivas correspondientes, para defenderse del agresor externo: las bacterias. Se trata de una batalla, en la que por un lado están las bacterias externas, y por el otro nuestro organismo con sus células defensivas o inmunitarias. El problema que tiene la pulpa dental es que está encajonada dentro del diente, que es un tejido duro y que por lo tanto no tiene capacidad de hincharse. Esta sensación de ahogo que va a tener la pulpa dental inflamada, va a traducirse en un dolor más o menos severo en el paciente que lo sufre. Tendremos por lo tanto una pulpitis.

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Pulpitis por la cercanía de una caries. Fuente: http://jamiethedentist.com

La pulpitis o inflamación de la pulpa dental tiene dos estadíos diferentes que suelen estar en relación con el grado de cercanía de la bacterias. La pulpitis reversible, es aquella que se traduce en una sensibilidad excesiva a los cambios de temperatura por ejemplo. El paciente, cuando bebe algo frío o caliente, va a notar una sensibilidad que va a desaparecer en pocos segundos. Se dice reversible, porque cabe la posibilidad que tras limpiar la caries y realizar el empaste, se restablezca la normalidad y la pulpa se desinflame con el tiempo.

Hielo y cítricos pueden provocar sensibilidad en un diente con pulpitis reversible.
Hielo y cítricos pueden provocar sensibilidad en un diente con pulpitis reversible.

La desaparición en pocos segundos de dicha sensibilidad es la que va a marcar el grado de reversibilidad que tiene la pulpa. Es decir, si la sensibilidad en vez de unos pocos segundos, se mantiene minutos u horas, podemos deducir que la pulpitis empieza a transformarse en irreversible. En este caso, ya no habrá más remedio que tratar el diente con una endodoncia.

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Durante el tratamiento de endodoncia se requieren de radiografías para el diagnóstico inicial, la orientación espacial dentro del diente, y el control del final del tratamiento.

Sin tratamiento, ambas situaciones van a degenerar en la muerte del tejido pulpar o necrosis pulpar. En este caso, los pequeños capilares sanguíneos y los finos trayectos nerviosos se mueren ante la incapacidad de hacer frente a las bacterias invasoras de la caries. Con la pulpa dental muerta o necrótica, ya no hay sangre que va a llegar al espacio interno del diente, y por lo tanto ya no llegarán nuestras células defensivas. En ese momento, las bacterias van a invadir todo el espacio interno del diente. Una vez colonizado este espacio, las bacterias van a reproducirse y formar sus propias civilizaciones. Podríamos decir que se encuentran en una cueva sin que nadie les pueda echar de allí. Como toda civilización, van a producir desechos y restos orgánicos. Nosotros, como civilización humana, tenemos las papeleras y los vertederos, pero ellas, las bacterias no. Por lo tanto, estos restos que se forman van a parar a la zona final de las raíces del diente, produciendo la comunmente llamada infección. En la zona de alrededor de las raíces dentales, de nuevo tenemos vasos sanguíneos, por lo que de nuevo nuestro organismo va a poder enviar células defensivas a través de la sangre, directas a la zona de batalla. En ese momento se va a producir de nuevo la inflamación. Esta vez como decimos, no se produce dentro del diente sino alrededor de sus raíces, por lo que los tejidos van a poder hincharse y va a producirse la hinchazón típica de la cara en estos casos. Esta hinchazón se llama celulitis aunque comúnmente se le ha llamado absceso dental.

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A la izquierda, imagen radiográfica que muestra la lesión por caries en una muela. En el centro, vista del espacio interno de la muela. A la derecha, visión radiográfica del tratamiento de endodoncia y empaste realizados.

Estos estadíos describen la evolución que tiene la pulpa dental ante una agresión bacteriana. Aunque cabe mencionar que no siempre se corresponden a una sintomatología típica. El paciente puede que no tenga dolor en ninguno de las situaciones anteriormente descritas. Asi pues, el paciente aunque no note síntomas, puede estar sufriendo una pulpitis y esta a su vez, puede degenerar en una necrosis pulpar, que incluso podría pasar asintomática durante años. Esta es una razón más. por la que cabe remarcar de nuevo, la importancia de las revisiones periódicas al dentista.

Uno de los objetivos de la endodoncia, es remover todo el tejido pulpar del diente. De ahí, que más comunmente esta terapia se haya llamado «matar el nervio». Para remover la pulpa dental, se utilizan una serie de limas de diferentes diámetros y longitudes.

Limas usadas para el tratamiento de endodoncia.
Limas usadas para el tratamiento de endodoncia.

Además de remover todo el tejido pulpar, la endodoncia tiene como objetivos el desinfectar todo el espacio interno del diente y sellarlo con un material de obturación específico, diferente al de los empastes habituales. Cabe remarcar la importancia del sellado pues de él dependerá en gran medida la supervivencia del diente en la boca durante años. El sellado del espacio donde se alojaba la pulpa, se realiza como decía con una serie de materiales especiales que se ven blancos en la radiografía. Una vez sellado ese espacio, tenemos que pensar que las bacterias, la única manera por la que podrían volver a colonizar esa zona, va a ser a través de la parte del diente que se encuentra en la boca, es decir la corona. Todo diente que ha necesitado de una endoncia, va a necesitar de un empaste (obturación). Por lo tanto, la única manera que van a tener las bacterias de volver a acceder al espacio pulpar,  va a ser a través del empaste. Por ello, es extremadamente importante que el empaste se mantenga en condiciones óptimas de sellado. Será imprescindible por lo tanto, mantener una correcta higiene oral y realizar las revisiones periódicas recomendadas por el dentista.

Coronas o fundas de procelana. Con metal a la izquierda, y sólo porcelana a la derecha.
Coronas o fundas de procelana. Con metal a la izquierda, y sólo porcelana a la derecha.

Por último, vamos a hablar sobre la implicación de las fundas en los dientes que han sido endodonciados. Hasta ahora hemos hablado del aspecto de sellado, para evitar que las bacterias penetren de nuevo en el diente. Es un aspecto biológico en el que todavía no interviene la funda. La funda que se recomienda en un diente que ha sido endodonciado, interviene en un aspecto mecánico. Es decir, que con la funda, simplemente, se pretende proteger el diente de posibles fracturas. Tenemos que pensar que el diente que ha sido endodonciado ha recibido una caries de cierta envergadura por lo que la estructura dental ha quedado debilitada. Con la funda lo que pretendemos es recoger esa estructura y protegerla. En un entrada antigua os hablamos del Bruxismo y de sus posibles consecuencias en los dientes, tales como fisuras, fracturas, desgastes, etc. El diente endodonciado que permanece sin una funda que lo proteja, es susceptible a fracturarse ya de por sí. Si además, ese diente se encuentra en un paciente bruxista apretador, las probabilidades de fractura se multiplican. Desgraciadamente, en la actualidad, la Odontología no dispone de medios diagnósticos que nos ayuden a conocer el grado de riesgo que tiene un diente endodonciado en un paciente concreto. Por ello, tras la endodoncia de un diente, se recomendará la protección del mismo mediante una funda. Se tratará de una recomendación que el paciente informado podrá decidir si seguirla o no.

La Endodoncia es el último eslabón de la Odontología Conservadora. Sin ella, muchos más dientes acabarían en el cementerio dental!

Dientes extraídos: cementerio dental.
Dientes extraídos: cementerio dental.

¿Tienes algún diente endodonciado? ¿Con o sin funda? ¿Se te ha fracturado? Cuéntanos tu experiencia o dudas al respecto, en un comentario justo debajo.

Escrito por: Guillem Esteve Pardo

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